El régimen impositivo colombiano se divide en tres niveles de recaudo: nacional, departamental y municipal. A lo largo de este capítulo se describe de manera detallada cómo funciona cada uno de estos impuestos y las consideraciones que debe tener un inversionista al momento de realizar su inversión.
Los impuestos nacionales son:
El impuesto sobre la renta, el impuesto al valor agregado (IVA), el impuesto nacional al consumo, el gravamen a los movimientos financieros (GMF), el impuesto nacional a la gasolina y ACPM, el impuesto nacional al carbono y el impuesto al timbre, entre otros.
- El impuesto a la renta grava los ingresos obtenidos por los contribuyentes que generen incrementos en su patrimonio y provengan de operaciones ordinarias. Este puede ser pagado de forma anticipada mediante la retención en la fuente, que es un mecanismo de recaudo anticipado a nombre del Estado.
- El IVA tiene una tarifa general de 19%, no obstante, tiene tasas diferenciales de 0% y 5% para ciertos productos y servicios. Por su parte, el impuesto nacional al consumo se aplica a la prestación o venta al consumidor final o la importación de bienes y servicios, la tarifa varía entre 4% y 16%. Estos impuestos son generalmente excluyentes, pero existen excepciones.
- El GMF grava las transacciones financieras en virtud de las cuales se disponga de recursos depositados en cuentas corrientes o de ahorros, salvo que sea de un mismo titular que se encuentre en un mismo establecimiento de crédito. La tarifa es del 0.4%.
Los impuestos departamentales son:
Los principales son, el impuesto de registro, el impuesto al consumo de cigarrillos, cervezas y bebidas alcohólicas y el impuesto sobre vehículos automotores, entre otros.
Los impuestos municipales son:
Los principales son, el impuesto de industria y comercio, avisos y tableros (ICA), el impuesto predial unificado, el impuesto de delineación urbana y la plusvalía, entre otros.