Por: Mariana Castellón y Alejandro Tibaduisa
Asumir el liderazgo de una agencia de promoción de inversión en una ciudad como Bogotá, que se ha convertido en un importante hub de negocios, tecnología e innovación en América Latina, no solo implican conocimiento y capacidad técnica, también mucho propósito.
Así lo vivió Isabella Muñoz, quien lideró a Invest in Bogotá en medio de intensos desafíos económicos y sociales marcados por la post pandemia. Desde una mirada metódica y comprometida, rediseñó el rol de la entidad en un contexto que exigía innovación, resiliencia y visión compartida.
Durante su gestión, Isabella se la jugó por tres grandes apuestas: la atracción de inversión en sectores de alto valor, el fortalecimiento del ecosistema emprendedor y la consolidación del Bureau de Convenciones como unidad clave para el posicionamiento internacional de Bogotá y la atracción de eventos tipo MICE. Estos pilares no sólo generaron un impacto económico tangible, sino que también fortalecieron la identidad de la ciudad como un epicentro de oportunidades y conexiones globales.

Equipo de Invest in Bogotá en 2024
Alejandro Tibaduisa: ¿Qué significó, desde un liderazgo femenino, asumir la dirección de una entidad tan estratégica para el desarrollo económico de la ciudad, en tiempos de pospandemia?
Isabella Muñoz: Para mí fue un privilegio. Pude poner mis conocimientos y experiencia previa en función de un propósito bajo el cual, todo aquello que yo pudiera gestionar iba a tener un impacto económico y social muy grande para nuestra ciudad.
Creo que fue maravilloso haberme permitido poner en práctica todos esos aprendizajes al lado de un equipo extraordinario para poder diseñar, repensar e innovar alrededor de una nueva ciudad que tuvimos que repensar con mucha técnica y método después de una pandemia que nos dejó bastante golpeados y deprimidos, tanto a nivel económico como social.
A.T: ¿Cómo se vivió la etapa de reactivación entre finales del 2021 y comienzos del 2022?
I.M: Creo que el mundo y la economía dieron un vuelco importante y radical que nos hizo repensar muchas cosas. Al final, si nosotros no logr identificar esos nuevos nichos económicos que tenían potencial de crecimiento, muy seguramente los empleos que esperábamos generar y el impacto económico en términos de nuevos ingresos que podían llegar para la ciudad no se hubieran dado.
Nos hubiéramos quedado en la búsqueda de lo tradicional que ya no tenía ni ese apetito, ni esas motivaciones de encontrar en Bogotá ese epicentro de inversión y esa plataforma de expansión para Latinoamérica.
Mariana Castellón: ¿Cómo describirías tu estilo de liderazgo y cómo crees que influyó en la cultura organizacional de una agencia como Invest in Bogota?
I.M: Yo siempre he creído que el liderazgo se ejerce desde el ejemplo y desde el propósito. El ejemplo porque creo que a un líder que no demuestre habilidades blandas y habilidades que permitan que un equipo pueda verlo como un modelo a seguir, del cual pueden aprender y con el cual pueden cocrear, se le dificultará contagiar alegría y conocimiento a quienes trabajan con él. Para alcanzar ese fin nos encontramos con una segunda palanca de valor en el liderazgo, y es el propósito colectivo.
Yo creo que era muy bonito porque cuando tú le preguntabas a la gente porqué trabajar en Invest, no solo decían ‘uy no que cool una agencia de promoción de inversión’ o ‘qué rico trabajar hablando en inglés’, sino que al final había algo más especial que marcaba ese propósito en común, y era el de servir a la ciudad, a las empresas, a la gente.
Entonces, cuando tú logras encajar ese propósito colectivo, al final encuentras un batallón de entusiastas con un enorme conocimiento trabajando con un propósito que era sacar adelante el desarrollo económico social y sostenible de una ciudad como Bogotá.
A.T: ¿Cuáles fueron esos proyectos o esos grandes hitos durante tu paso por Invest in Bogota?
I.M: En términos generales logramos tres grandes capítulos de esa nueva era de Invest in Bogotá. Lo primero es que tuvimos que repensar esos sectores económicos y trabajar de una manera sistemática para que el equipo se enfocara en atraer proyectos cada vez de mayor valor y de gran envergadura.
La magia sucede cuando logras alinear la política pública y las necesidades del sector privado, de lo contrario nos encontraríamos con una política pública que puede ser propositiva y disruptiva que, si no va de la mano con las necesidades del empresariado, quedaría en las nubes. Si no construyes esos puentes, no se detonarían los grandes negocios, ni sucedería esa magia que les menciono.
Lo segundo fue que incorporamos el tema del emprendimiento y los fondos de capital privado de una manera mucho más sólida. Como agencia de promoción de inversión no nos íbamos a poner a replicar lo que ya estaba haciendo todo el ecosistema, queríamos sumar valor a esa cadena del emprendimiento y fue ahí cuando identificamos que podíamos jugar varios roles que estaban desatendidos.
Lo primero era cómo lográbamos incentivar a emprendedores de Chile, de Argentina, de México, a que vieran en Bogotá su siguiente paso de expansión, y que eso nos permitiera seguir diversificando el ecosistema. Lo segundo fue identificar que los emprendedores necesitaban capital y recursos para crecer, por eso nos enfocamos en traer a esos actores internacionales para que ayudaran al fondeo del crecimiento. Fue así como empezamos a traer más venture capital, más aceleradoras, más corporate ventures al ecosistema, y ahí hicimos un rol muy bonito de atracción de esos nuevos vehículos de inversión.
Un tercer capítulo fue liderar el Bureau de Convenciones de Bogotá. En la época pre pandemia, había funcionado tradicionalmente como una entidad privada fondeada por sus socios vinculados, sin embargo, cuando yo llego, iniciamos una nueva estrategia, con un nuevo equipo, para darle vida a todo ese ejercicio de atracción de eventos de talla mundial ¿Por qué? Porque si bien la inversión finalmente llegaba a unos sectores, igual teníamos que buscar otras formas y otros mecanismos de incentivar que hablaran de Bogotá alrededor de esas temáticas sectoriales y de sus atributos.
En el ámbito del turismo de reuniones, para 2024 se captaron 36 eventos internacionales, generando una derrama económica estimada de USD 37,4 millones y más de 41.300 asistentes. Además, se apoyaron 42 eventos, que movilizaron USD 15,5 millones en derrama efectiva y convocaron a más de 80.600 asistentes.
Otro de los grandes temas que hicimos durante la reactivación fue la empleabilidad, en la que trabajamos durísimo con ruedas de empleo, de la mano de la Cámara de Comercio y de la alcaldía. Esto lo seguimos haciendo y de hecho, en el 2024, se organizaron tres ruedas de empleo sectoriales, en alianza con la Cámara de Comercio de Bogotá, la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE) y otros aliados, que conectaron a 197 empresas con más de 5.000 aspirantes, buscando ocupar las cerca de 2.700 vacantes ofrecidas. Con esto pudimos enfocarnos en cómo hacer que el talento tuviera esas habilidades que esas empresas estaban necesitando, reconociendo que en la inversión existen unas barreras y unos retos de talento humano muy importantes.
Por otra parte, logramos convocar a 19 agencias de promoción de inversión del país a que se sumaran a una iniciativa muy bonita a la que denominamos Red INVEST, donde nuestra responsabilidad era juntar, articular, proponer iniciativas para darle una voz más fuerte al país y para que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo tuviera un único interlocutor en vez de 19 interlocutores al tiempo porque eso operativamente también era difícil y complejo. Las agencias de promoción siempre habían trabajado como células independientes, pero finalmente, cuando las aguas se tornan turbias, también hay oportunidades y creo que esta fue una muy bonita unión para hacer trabajo en equipo, para consolidarnos.

Isabella Muñoz comenzó su gestión como directora Ejecutiva en noviembre de 2021
A.T: Escuchándote hablar de esos retos y desafíos, recuerdo una frase que te escuché en varias ocasiones: “mientras muchos están llorando, otros están haciendo pañuelos”. ¿De dónde surgió?
I.M: Esa frase viene de un gran amigo y mentor que trabajó mucho de la mano conmigo, Martín Ibarra, un consultor que nos ayudó y nos apoyó mucho en este ejercicio de crear Invest in Bogotá.
Me familiarizo tanto con ella porque al final, siempre van a haber problemas. En los negocios siempre van a haber problemas y desafíos, pero ¿tú de qué lado quieres estar? Te quedas llorando y echándole la culpa o al gobierno, o a la tasa de cambio, o a Trump, o a los aranceles, en fin.
O te puedes llenar de infinidad de excusas, o mejor te paras del otro lado visionario del empresario y del emprendedor que ve las cosas donde otros no las están viendo, y en vez de llorar y quejarse, piensas un poco más allá, defines donde puede haber oportunidades y activas acciones concretas para que dichas oportunidades sucedan. Esto nos llevó a que, después de todas estas iniciativas y un gran trabajo colectivo, en 2024, fuera galardonada como la mejor agencia de promoción de inversión de Latinoamérica y el Caribe.
M.C: Desde tu perspectiva, ¿cuál es el mayor potencial de Bogotá como destino de inversión en los próximos años?
I.M: Yo creo que Bogotá es una ciudad fantástica. Bogotá tiene algo que no tienen las demás ciudades de Colombia y es, no solo su ubicación geográfica en la mitad del país, sino que tiene unos atributos que son maravillosos y con los cuales es difícil competir.
Empecemos por hablar de lo más simple y es que Bogotá tiene una población muy grande. Somos ocho millones de habitantes y cuando hablamos de sus municipalidades aledañas somos 11 millones de habitantes, un mercado supremamente atractivo. Pero no sólo es el número de habitantes, también la calidez y la calidad de talento que nosotros tenemos.
Yo soy de Popayán y siempre digo que soy “patoja” pero con corazón bogotano, porque esta es una ciudad que a uno le da todas las oportunidades de la vida. Las universidades están acá, las oportunidades laborales están acá, y cada vez más la ciudad se ha ido poblando de un talento internacional que la hacen tener una gran diversidad.
Lo segundo es nuestra conectividad. El mejor ejemplo es nuestro mega aeropuerto que cada año se sigue posicionado, y ahora con el gran proyecto de Bogotá Ciudad Aeropuerto, que va a permitir la detonación de un corazón logístico industrial muy importante para Latinoamérica.
Hoy en día es el aeropuerto que mayor carga moviliza en toneladas en Latinoamérica, incluso también de pasajeros, lo que significa que tenemos un instrumento de infraestructura que es muy poderoso, y que se va a consolidar con la gestión de la administración actual y de las siguientes.
Lo último que diría es que los empresarios son unos tesos, son resilientes, entonces tú tienes acá un ecosistema que permite que los negocios sucedan. Tú siempre vas a necesitar proveedores, vas a necesitar clientes, vas a necesitar aliados entonces ahí yo creo que hay que seguir sacándole punta al lápiz para ir viendo, con los cambios económicos, como esos nuevos sectores se reinventan.
Indiscutiblemente, necesitamos seguir trabajando en infraestructura para mantener a esta ciudad como un epicentro de inversión. Tenemos que seguir trabajando, no parar y no desenfocarnos en lograr ese Metro de Bogotá que es espectacular.
Yo me erizo cada vez que paso por la Avenida Caracas y veo esos pilotes y digo ¡Dios mío, esto será una realidad! Eso es espectacular. Ojalá que el Regiotram, que ya viene avanzando, también pueda seguir su rumbo porque eso también va a mejorar la calidad de vida y la movilidad.
También tenemos que seguir trabajando con los temas de sostenibilidad: las PTAR, el agua, la movilidad eléctrica, la generación de energía. Desde la infraestructura eso va a ser clave para seguir avanzando y aumentar la competitividad de la ciudad.

Isabella Muñoz culminó su gestión como directora Ejecutiva en Invest in Bogotá en febrero de 2025. Actualmente se desempeña como gerente general de la Desarrolladora de Zonas Francas
M.C: Como mujer, ¿tuviste que enfrentarte con algún tipo de barrera o retos específicos dentro del sector de la inversión y los negocios, que tiende a ser predominantemente masculino? Si es así, ¿cómo los manejaste?
I.M: No creo que haya habido momentos específicos en los que ser mujer haya sido una barrera. Era evidente que en nuestra Junta Directiva teníamos mucha más representación de hombres que de mujeres; sin embargo tuve la fortuna de tener una mujer alcaldesa, luego tuve un alcalde hombre, en la Cámara de Comercio siempre tuve liderazgo masculino, pero yo creo que al final, y aplicando de nuevo la frase de “en qué lado quieres estar”, para una mujer, estar rodeada de tantos hombres, también es una ventaja, porque somos diferentes y porque en esas diferencias tú puedes marcar un liderazgo diferencial.
Tú puedes lograr cosas que de pronto, si estuviera un mismo grupo de hombres juntos, no se hubieran podido lograr, porque una mujer es más juiciosa, es más metódica, es más disciplinada, tiene mayores habilidades para poder llegar a la gente, convencer, negociar. Siento que a veces las mujeres también tenemos más empatía y podemos conectar a la gente de una manera diferente que los hombres.
M.C: Teniendo eso en cuenta, ¿qué consejo le darías a las mujeres que hoy sueñan con ocupar espacios de liderazgo transformador?
I.M: Yo creo que el consejo más importante es que todo se puede en la vida. Creo que al final, mujer, hombre, el género que sea, es un tema que viene del corazón.
Yo soy el vivo ejemplo de que todo se puede. O sea, una “patoja”, que no hablaba inglés, que estudió en un colegio de monjas, tuvo la dicha de tener una carrera absolutamente afortunada, por eso estoy convencida que todo se trata de automotivación, de hacerse las preguntas necesarias: ¿Qué me falta? ¿Qué tengo que estudiar? ¿En qué me tengo que preparar? ¿Qué tengo que mejorar? ¿Cómo puedo escuchar a todos esos mentores que he tenido en el camino para poder reinventarme y transformarme en una mejor versión? Creo que ese es el consejo más poderoso. Que con ganas y motivación todo se puede en la vida.